Ponyville: la ciudad total

(Imagen actual de Ponyville)

(Broche Pony a partir de una imagen publicitaria, plastificadita y con contorno ornamental en fieltro de colores POP)

Ponyville (del latín Ponyvilla-ae) significa "lugar donde pacen los ponys bonitos", aquellos que Rómulo y Remo domaron sin ejercer la violencia hace miles de años.

Como ciudad, Ponyville supone un capítulo aparte dentro de la historia universal del urbanismo. De hecho, en el último congreso del CIAM, Ponyville se ha convertido en el máximo exponente de ciudad total, incluso se organizan importante rutas turísticas por sus barrios más selectos (de hecho, hoy mismo hay una visita guiada a las 20 horas, cuyo itinerario comienza por la casa de Pony Mermelada, y termina en la Avenida de la piruleta). Quedán atrás las Casas de la Pradera de F.L. Wright y la Ciudad lineal de A. Soria. Ponyville supera con creces a todas las ciudades-jardín del mundo mundial.

Los orígenes de Ponyville se remontan a época romana, construyéndose bajo el mandato del senador Julius Ponyus. Más tarde, en época islámica, se alteró el trazado de las calles, se realzó la Medina y se construyeron excelentes miradores, desde los cuales se divisan actualmente los restos de la muralla de chocolate y el arco-iris más chuli del mundo...

La intelectualidad pony-renacentista decidió ampliar plazas y avenidas para la realización de fastuosas cabalgatas, de acuerdo con la nueva mentalidad imperante: el ponycentrismo. Pero la ciudad siguió cambiando, pues los ponys no son ajenos al paso del tiempo.

Las transformaciones que tuvieron lugar durante la Revolución Ponyindustrial tuvieron como principal consecuencia la aparición de barrios ponyobreros en la periferia, dedicados en cuerpo y alma a la construcción del gran ferrocarril de caramelo, que atravesaría la bonita ciudad.

Y así, pasaron los años, las décadas, los helados y los bombones, hasta encontrarnos con la imagen actual de Ponyville: una ciudad funcional a la par que chula, con un transporte público de carruajes eficaz y puntual (se cuenta que los ponys alemanes fueron los encargados de diseñar el sisteme de vías, basado en sus líneas de U-Bahn y S-Bahn ), con un barrio universitario que ya quisiéramos nosotros, especializado en estudios de Cursilería, donde también se encuentran las discotecas que ofrecen el mejor cóctel de gelatina de fresa de la ciudad, y boutiques con los últimos modelos de pamelas y calzado, en la bulliciosa calle Ponycolón.

Aunque Ponyville no aparece en ningún mapa, no es necesario, pues es muy fácil seguir su rastro: sólo que hay que seguir el olor a galletas recién hechas y a tartas de chocolate con frutas confitadas.

Sólo de esta forma, Ponyville permanecerá en nuestras narices y en nuestros corazones para siempre.