EL MUNDO ES UNA MARNUALIDAD

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martes, 26 de febrero de 2008

la Sta. Bugalú y Mon petit amour

La Srta. Bugalú se levanta cada mañana muy temprano. Prepara un buen baño de burbujas con aceites y sales de baño varias, por lo en pocos minutos toda su casa se convierte en una mezcla de perfumes exóticos y frutales.


Se viste, con mucha tranquilidad, y acicala a su caniche que, nada más oir "mon petit amour" se coloca en la puerta de la calle alterada por el paseo matinal.

Pasean por Montmatre, mientras la Srta. Bugalú tararea una canción, o dos, de Françoise Hardy. En poco minutos cruzan el Sena y se adentran por el Marais, allí es donde compra un vestido de seda ("uno que mienta al andar, como yo", dice ella) para su cita nocturna. Su caniche, impaciente, la espera en la puerta acristalada. Vestido en mano, algún rato después, regresan a casa por el mismo lugar por el que salieron de route.

Así es el día a día de la Srta. Bugalú, un ir y venir. Así es el día a día del caniche de la Srta. bugalú, un venir e ir.

lunes, 25 de febrero de 2008

um encontro (una cita)






Seré breve, es que tengo un poco de prisa. Fernando Pessoa, literato donde los haya, no puede esperar: nada más tener noticias de mi futura visita a su ciudad, a Lisboa, me ha citado. Ays, no sé qué ponerme, él es tan sobrio, tan...existencialista! voy a dar yo unas notas de color a la cita.
Tengo el bolso perfecto para el primer encuentro: flores, flores y más flores que se entralazan como las callejuelas de su ciudad, además quedará resultón en ese paisaje de lluvia.




¡Viva mi bolso lisboeta!



"Un silencio frío, los ruidos de la calle parecen cortados a cuchillo.el universo entero se paró.Momentos, momentos, momentos...De repente, acero vivo, qué humano era el toque metálico de los tranvías, qué paisaje alegre el de la simple lluvia en la calle resucitada del abismo. ¡Oh, lisboa, mi hogar!"
Nos hemos citado, cómo no, en el Café da Brasileira, dice que me espera sobre un fondo gris, tomando una bica. Ya os contaré qué ocurre...










viernes, 22 de febrero de 2008

Alejandro Díez (Cooper)





Los flechazos, con Cooper a la cabeza, son (han sido) rebeldes con causa: reivindican la música, la estética y el poder juvenil de los 60. Han luchado contra todo y contra todos, pero a la vez han buscado recuperarla esencia pop, la de las canciones de 2 minutos y medio, , la que hace reír, soñar, bailar y llorar.


Pequeño detalle (no sólo por el tamaño, jeje) para Cooper, porque a pesar de la disolución del grupo leonés, él sigue con su obsesión mod de viajes y submarinos.



" Tú también puedes ir

donde es difícil mentir

porque todo es verdad.

Donde al fin podemos sentir

nuestros cuerpos latir.

Una bomba que estallará

una explosión juvenil

nuestro sueño continuará

para eso estamos aquí..." ("Explosión juvenil", Brighton 1964)