Jamás sabremos si fue realmente MARY QUANT quién inventó la minifalda (también se habla de Courrèges), las botas altas, los impermeables de colores estridentes...pero lo que sí tenemos claro es su importantísima contribución a la moda más informal de la juventud londinense de los años 60.
Su estilo extremadamente sencillo y colorista, identificado por el símbolo de la margarita, contrastó con la seriedad de la moda imperante. Gracias a sus precios asequibles y a su estilo juvenil y rebelde, consiguió un impresionante éxito comercial con una difusión a escala industrial sin parangón. Lo único criticable es su promoción de un nuevo arquetipo de mujer joven y delgada, encarnado a la perfección por la esquelética modelo Twiggy,que tanto ha perjudicado después al mundo de la moda, pero aún así, con sus defectos y virtudes, es el icono fundamental de aquellos que sienten el pop en sus entrañas, ni qué decir tiene que a ella le debemos el afamado y persistente Chelsea look...
Y de estas cositas, con poco más que decir que no se sepa ya sobre ella, parto yo para realizar mi última customización siguiendo sus premisas: económico, juvenil, pop y con logotipo. Mis antiguas pascueras (ays, y pensar que hace años se burlaban de mi por llevarlas...) han resurgido cuál Ave Fénix de sus cenizas reconvertidas en unas pascueras Mary Quant, con su margarita distintiva (en fieltro, cómo no), listas para caminar por Carnaby Street escuchando a los Small Faces.
Ya podéis seguir mis pasos pop. Y ya lo decían Los flechazos:
Trabajar en un estudio decorado por Mondrian,
entre pasarelas, maquillaje y alta sociedad,
moda de op-art, portadas en el Vogue,
va a ser como si vivieras el rodaje de Blow-up.
Oye, que seas feliz cuando estés en la gran ciudad.
Oye, y no te olvides de lo que dejaste atrás,
y acuérdate de Mary Quant...yeah yeah yeah!
10 comentarios:
a mi me gustan las victoria..
Y a miiiiiiiiiiiiiii, son un símbolo de nuestra primera infancia y nuestra primera juventud...yo me las calzaba de mil colores, ays, qué bonitas y cómodas...después, durante mis años de universidad, sin saber por qué, me encapriché en llevarlas de nuevo, y la gente me miró muy mal...ya ve hoy cómo ha cambiado la cosa, jajaja.
Saluditos POP, guapa, y bonito comentario el suyo: escueto y conciso, jaja!
hicimos una buena contribución a la economía local: no nos las compramos en Zara o en Bershka como hacen ahora, sino en la zapatería de al lado de la plaza del Doctor Collado. Por cierto, ¿todavía está esa zapatería, o la han cerrado ya para abrir un Bugalú de esos? ¡Aun tengo que ir a comprarme allí las alpargatas de llauraor que ansío desde hace años!
Niño, pues imagino que esa tienda ya habrá cerrado, pero por esos alrededores hay unas cuantas igual de bien dispuestas a calzarte esos pinreles que tienes, jajaja. UY, muy pesaditos con las alpargatas de las narices, y nunca te las compras, qué tío!pues ahora tienes tiempo de ir a por ellas, jeje!
Muas muas!
Lo único bonito de las tiendas esas es el nombre, Bugalú, mira qué son caras...y mira que no me he pedido yo cosas de allí y nunca me las regaláis, jajaja.
Y EN EL MERCADITO TB LAS HAY, QU LAS HE VISTO
pero Lour, pasará como ha pasado siempre que las pijinas han puesto algo de moda, que estarán en los estantes de los mercaítos un verano más y fuera...a ver quién se acuerda ahora de las espardenyas!!jaja!pues lo mismito!
ESTÁS DE VACACIONES O QUÉ?? QUEREMOS FIELTROS!!
jajaja, pues casi casi!pero prontito estoy de vuelta, y entonces os arrepentiréis!jajaja!
A VER SI ACTUALIZAMOS UN POCO EL BLOG....
joooooooo, pero si no he tenido tiempo y como he publicado alguna novedad MAR-nualística en el Facebook...no he podido dedicarle a mi rincón el tiempo que merece, pero pronto estoy de vuelta!
Muas!
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