Mi exilio soñado: un viaje en el tiempo

1966. Primavera. Granada, camino del Albaycín. Yo, conocida popularmente como Petunia, estudio Filosofía y Letras en la Universidad de Granada. Él, conocido popularmente como Jerry (por su afición a las canciones en inglés, bueno, "en extranjero", como se decía entonces), calza patillas largas, estrecho pantalón, un jersey a rayas...aunque llame la atención, como dirían Los Salvajes por aquellos años. Jerry baja a diario en su vespa roja desde la colina de La Sabica hasta la Acero del Darro sólo para cruzar una mirada, fugaz, con Petunia.


Ésta es la historia de un día cualquiera de 1966:

Boina roja, botas altas y minifalda de cuadros. Así, es Petunia, Chelsea look a go-go. Camina nerviosa pero con paso firme. La temperatura es ideal. Ha sido invitada a su primer guateque (organizado por el bajista de Los ángeles, ¡casi nada!) y llega tarde.
Va pensando en las canciones que pueden sonar en el tocadiscos. “Seguramente empiecen con algo de Desmadre 75, sigan con Los Bravos o Los Diablos…mmmmm. Y acabarán con algo de Bruno Lomas, para que nos cojamos por la cintura”, se dice.

Justo entonces, para en seco, recuerda que Jerry también ha sido invitado. Observa en un escaparate de la calle su reflejo, se ha sonrojado. Aprovecha para arreglarse el pelo.

Sigue caminando, desde la calle se pueden escuchar las primeras notas: papapapapa, subi dubi, yeah yeah…

Se lo piensa dos veces antes de entrar, pero finalmente se atreve. Cruza la puerta, se coloca justo bajo la bola de discoteca. Allí también está Jerry, parece que estuviera esperándola. En un segundo, todo se para, menos el tocadiscos, que gira y gira al ritmo de una canción de Rocío Dúrcal, casi hecha a medida, más pop imposible:

Cuando la gente al pasar me está mirando
No es fácil de adivinar qué están pensando
Por la calle me puse a caminar
Y todo el mundo me miró
Pero a mi eso lo mismo me da
Porque soy feliz así.
Quisiera poder creer que tú me quieres
Que nunca vas a tener otras mujeres
Pero eres como son los demás
Que sólo piensan en mirar
A las chicas que también al andar,
Se mueven más, así (movimiento de caderas)…ah ah ah, lalalalaaaaaa…

Mira a Jerry, Jerry le mira.. Jerry camina hacia Petunia y sin previo aviso, empieza la siguiente canción, una versión de Los cheyenes, que también parece estar hecha a medida:

Por tu amor mi vida te daré
A cambio de tu amor
Rosas pondré a tus pies, estrellas, luna y sol
Para tener tu amor
Mi vida te daré
Rosas, estrellas y mar…

Sí, ya suenan las lentas. Se cogen de la cintura y se olvidan de que el mundo sigue girando, como el tocadiscos. Ella piensa: Maybe I love you, yeah yeah, y él, como no, responde mentalmente: Sure I love you, yeah yeah yeah…

Lo único que me separa de mi refugio, mi exilio soñado, es el Tiempo, el Espacio ya lo tengo, pues allí y así me siento cuando me encierro en mi habitación, pongo mis canciones favoritas en el tocadiscos y bailo un boogie-boogie y dos twist bajo mi bola de discoteca.

Día tras día, "viviendo en la era pop".